El pasado 19 de agosto fue lanzado el primer informe del proyecto Plataformas de Propiedad de las Personas Trabajadoras e Interseccionalidad: Aprendizajes Compartidos entre Brasil y Argentina (WOIP). El evento contó con la inspiradora presencia de Veronica Gago, Ruha Benjamin y Sasha Costanza-Chock que sacudieron el encuentro con sus comentarios y preguntas.
Soberanía tecnológica en la era de las plataformas
Hoy toda nuestra vida está atravesada por plataformas digitales. América Latina es una de las regiones con condiciones laborales más injustas en la actual economía de plataformas. De la mano de la digitalización de la vida, la crisis del trabajo asalariado y baja intensidad de las democracias no hizo más que profundizar.Se hace evidente la necesidad de concebir e implementar plataformas que respondan a las necesidades y deseos de nuestros territorios, nuestros cuerpos y nuestras comunidades.
Frente a este desafío, el estudio busca relevar experiencias y construir conocimiento para diseñar alternativas, aprovechando la experiencia de las organizaciones participantes y la rica historia de la región en economía solidaria, luchas laborales y desarrollo de tecnologías libres y comunitarias. Una de las conclusiones contundentes del proyecto fue que hay experiencias, ideas y organizaciones en capacidad de desarrollar alternativas tanto en Argentina como en Brasil. Y que hay aún más potencial si unimos esfuerzos.
El informe está disponible en Inglés, Español y Portugués. El documento comparte aprendizajes sobre alternativas a los modelos dominantes de tecnología, proponiendo caminos hacia futuros digitales más justos y solidarios a partir de experiencias concretas de América Latina. El documento además concluye con una serie de recomendaciones para organizaciones autogestionadas, responsables de políticas públicas y universidades.
WOIP: conocer para transformar
Adoptando un enfoque de investigación acción, el proyecto involucra a trabajadores de reparto y tecnología de Brasil y Argentina. Todas las personas participantes actuaron como co-investigadoras en un proceso de construcción colectiva de conocimientos e imaginarios tecno-políticos. En ese marco, nos animamos a imaginar cómo serían los
ecosistemas tecnosociales para una sociedad más justa; que pongan la vida en primer plano y que respeten la diversidad de territorios, cuerpos y prácticas.

Un elemento distintivo es la utilización político-metodológica de la interseccionalidad como herramienta conceptual articulando perspectivas queer, feministas y decoloniales. Estas herramientas nos permiten comprender las múltiples formas de opresión que sufren históricamente nuestros países y también, encontrar en esa misma historia, potentes experiencias y aprendizajes para imaginar una transformación tan radical como urgente.
¿Quienes participaron?
De Argentina participaron ALT Cooperativa de tecnología y diseño; la cooperativa de logística Central de la ciudad norteña de Salta y la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnologías, Innovación y Conocimiento (FACTTIC) que nuclea a más de 42 cooperativas de todo el país. De Brasil, la organización MariaLab, especialista en infraestructuras autónomas feministas, la cooperativa de reparto Señoritas Courier y representantes del Núcleo de Tecnología del MTST. El trabajo fue coordinado por un equipo interdisiplinario de la Universidad de Toronto en la cabeza de Rafael Grohmann con el apoyo de Fabiana Benedito, Kaushar Mahetaji, Mayara Almeida de Paula.
Por último, contó con el apoyo de un consejo de la Investigación compuesto por Roseli Figaro (Universidad de São Paulo), Denise Kasparian (Universidad de Buenos Aires) y David Nieborg (Universidad de Toronto).La investigación fue financiada por el Social Sciences and Humanities Research Council (SSHRC) de Canadá, a través de un Insight Development Grant, y por el Connaught New Researcher Award de la Universidad de Toronto.
Contrata una cooperativa
Uno de los emergentes del proyecto fue la campaña contrata una cooperativa que invita a personas, empresas e instituciones a contratar a cooperativas como proveedoras de servicios tecnológicos. La campaña pone el acento en que las cooperativas son una forma de invertir nuestros recursos donde tenemos nuestros valores. Las cooperativas de tecnologías son empresas democráticas y horizontales propiedad de sus trabajadores que ponen la innovación al servicio del bien común.