A una semana del Día de las Infancias, hay una herramienta tecnológica que cada vez la mira con mayores desarrollos, y que demanda la atención crítica de adultos. Mientras más estudiantes usan la Inteligencia Artificial (IA) para sus tareas escolares –de manera transparente o como plagio– muchos docentes e instituciones están incorporando las herramientas para sus trabajos prácticos o en la currícula siguiendo el inevitable lema “Si no puedes contra ella, únete”.
¿Cuántos chicos y chicas la usan? Muchos. Una encuesta realizada por Educ.ar en el primer trimestre de 2025 indica que un 79% de estudiantes apelan a ella para hacer tareas o estudiar. Los de nueve a 17 años, según UNICEF/UNESCO (Kids Online Argentina 2025) también: más de la mitad de las chicas y chicos argentinos (58%) ya usan IA generativa con fines escolares.
Esta semana fue otras de las fechas claves para los anuncios de las empresas de Inteligencia Artificial: OpenAI lanzó su tan esperado ChatGPT5 que promete menos alucinaciones y más precisión y rapidez. Pero también presentó ChatGPT modo estudio, otra opción del modelo de lenguaje que permite a los usuarios usar su “método socrático”. Al activarse, en vez de dar respuestas, guía al usuario con preguntas abiertas. En el modo tradicional, ChatGPT puede funcionar a modo de tutor con solo un prompt indicativo (el texto que escribimos para que resuelva). En este método, desarrollado en colaboración con educadores y expertos, intenta «fomentar el aprendizaje de forma crítica». Incluye mensajes interactivos, respuestas escalonadas y soporte personalizado.
Pero hay más de contenido de Inteligencia Artificial remitido a infancias. La IA de Google (Gemini) presentó Storybook, una herramienta que permite crear historias ilustradas personalizadas. Al escribir una indicación (prompt), creará un cuento de diez páginas personalizado con la historia solicitada. Si se le agregan fotos de los protagonistas, se verán muy parecidos a las ilustraciones, con la misma ropa, anteojos y ambientes. El formato de entrega es una mezcla de audiolibro con un cuento narrado e ilustrado. ¿Un dibujito animado en libro? “Está diseñada para todos: desde padres que crean un cuento para dormir para sus hijos hasta adultos que capturan un recuerdo divertido”, sostienen. Se puede crear un cuento de una historia familiar, de una broma o de un concepto complejo.
Ambas herramientas se lanzaron al mercado de manera gratuita, en esta lucha por acaparar cada vez más usuarios.

La IA en la educación
Para Daniela Bujan, emprendedora EdTech y cofundadora de Auroria, una app de IA educativa, el modo estudio de ChatGPT, aunque estructurado, no tiene base pedagógica ni control institucional real: “Estudios del MIT ya alertan sobre una caída del 55 % en la actividad cerebral al usar IA sin comprensión. Peor aún, algunos reportes mostraron respuestas peligrosas a adolescentes vulnerables” dice a Tiempo con respecto a la herramienta de Open AI. “El Storybook de Gemini, en cambio, es creativo, pero no educativo. Automatizar el vínculo humano, como contar un cuento, también debería preocuparnos. Como especialista EdTech, creo que el foco debe estar en alfabetizar en IA sin perder lo humano, con herramientas como Auroria, éticas, pedagógicas y adaptadas a cada institución”.
“No tenemos que tercierizar la curiosidad, no tenemos que subestimar la mediación humana, ni mucho menos comprender cómo funciona y entender este relacionamiento pedagógico que tenemos con la tecnología, que es necesario, porque esa es la interacción humana”, aporta Melina Masnatta, especialista en educación y tecnología y autora del libro Educar en tiempos sintéticos. Ante la pregunta sobre cuándo usar estas herramientas de Inteligencia Artificial de manera segura y significativa, responde: “A veces, lo que te sirve de una IA es que le podés pedir algo y decirle ‘explícamelo como si fuera alguien de diez años y traéme un ejemplo concreto que exista, con su fuente de información’. Eso es algo que yo siempre le pido para validar la información por su altas tasas de alucinación”. Para Masnatta, “es interesante pedirle a un estudiante que se fije cuál es la fuente de información primaria o dónde se está basando la IA para darte este contexto, clave para fomentar el pensamiento crítico”. La especialista ejemplifica cómo, de esta manera, la herramienta le permite traer tensiones y debates al aula. Con respecto a la herramienta Storybook, va en la misma línea: “Creo que la palabra ‘personalización’ tiene que ir atada a, primero, entender cómo aprendemos mejor las personas, sobre todo los estudiantes. Le podemos pedir fácilmente una guía, un audio, un gráfico. Otro punto que a mí me parece interesante es desarrollar la diversidad cognitiva. No todos tenemos que pensar igual y en ese punto la IA nos puede dar otro punto de vista o el punto ciego de una manera rápida”.
Hay áreas de Educación que ya empiezan a tenerla en cuenta en las formaciones. En junio, el gobierno de CABA presentó la Guía para un uso crítico de la IA en la escuela. El Ministerio de Capital Humano, a través de la Secretaría de Educación, lanzó el Programa Argentino de Innovación de la Educación con Inteligencia Artificial (PaideIA), aunque sin más detalles. HumanIA, un proyecto desarrollado por la ONG Chicos.net con apoyo de Google, ofrece una plataforma gratuita con recursos interactivos y cursos para capacitar a docentes y estudiantes secundarios en IA.
Masterclass
Irina Sternik, autora de la nota, dará la «Masterclass LadoBNews». Se trata de una clase de tres horas sobre Inteligencia Artificial: dónde estamos parados, no perder tiempo dando vueltas y trabajar contenidos propios. Será el martes 19 de agosto de 17 a 20 horas por Zoom. Más info en www.ladobnews.com.ar. Indicando que sos socio o socia de Tiempo Argentino accedés a tarifa promocional.