Lo que dejó la histórica movilización a Luján


«Tarda en llegar pero al final hay recompensa. Histórica Peregrinación Juvenil. La más multitudinaria de los últimos 25 años. Esperamos que todos hayan tenido un buen regreso a casa». Las palabras del intendente de Luján, Leonardo Luis Boto, hacen referencia a lo que fue una movilización histórica el fin de semana en la clásica caminata a Luján.

Pese a la lluvia de las últimas horas, una multitud de devotos completó la 51° Peregrinación Juvenil a Luján, tras una caminata de más de sesenta kilómetros hasta la Basílica de la Virgen Patrona de la Argentina. El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, encabezó la misa de cierre el domingo, donde emitió un mensaje de realismo y esperanza ante la adversidad que atraviesa el país, con fuertes críticas al panorama social, de la pobreza al narcotráfico.

Cuerva sentenció que a muchos argentinos «les pesa la pobreza y las consecuencias del narcotráfico», pero llamó a la feligresía a no rendirse ni tomar “atajos tramposos. Hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerzas para seguir, que sienten el peso de la pobreza, del narcotráfico, de la enfermedad y la soledad». 

El Arzobispo remarcó el valor de la fe, al asegurar que los peregrinos caminaron también por los más afectados «porque no queremos ser un pueblo indiferente”.

Bajo el lema “Madre, danos amor para caminar con esperanza”, la fe se presentó como el sostén frente a la adversidad. El Arzobispo subrayó que “caminar con esperanza es no dejarnos ganar por el desaliento y la tristeza, es seguir adelante aunque la violencia y la injusticia parezcan imponerse”.

Lo que dejó la histórica movilización a Luján

Foto: Agencia de Noticias NA

Primera vez en la caminata a Luján

«No importa desde donde arranquen la caminata, no se pierdan esta experiencia única y mágica. Gracias a todos y cada uno de los que estaban dándonos aliento, agua, fruta, algún tentempié, los que con una bolsa esperaban que tires la basura, todos te daban fuerza. Mágica Caminata. Prueben, estoy feliz», dice Ángela, que fue por primera vez a la caminata, en su caso desde General Rodríguez. Casi veinte kilómetros.

No fue la única. Numerosas personas remarcaron que era la primera vez que salieron a hacer la caminata. Micaela Lizardo cuenta: «En mi caso, caminamos con mi nena de 5 años desde el Puente del Escudo. Poco para muchos, para ella es un montón. Y para mí, como mamá, un orgullo enorme de que ella quiera vivirlo y compartirlo. Es una experiencia increíble y no importa desde dónde uno sale, importa lo que uno siente. Y sin dudas nosotras nos sentimos parte y nos sentimos peregrinas. Poco a poco iremos aumentando la distancia, a medida que vaya creciendo. Hoy es un momento único e inolvidable vivirlo con ella».

Vanesa Guidici agrega: «Es maravilloso, también mi primer año. Me arrepiento no haberme animado años anteriores. Lo que se vive es magia, fe y solidaridad. Increíble».

Lo que dejó la histórica movilización a Luján

La más grande del siglo

La procesión, siempre una de las más convocantes del país, partió el sábado desde el Santuario de San Cayetano en Liniers, luego de una misa central a las 7, y atravesó seis municipios bonaerenses.

Para asistir a los cientos de miles de caminantes, las autoridades dispusieron un amplio operativo que incluyó 63 puestos de apoyo gratuitos con hidratación, sanitarios y servicios de emergencia. Y más de 100 voluntarios.

Finalmente, ya el domingo, desde el Arzobispado aseguraban que fue la Caminata con más personas movilizadas de este siglo. Similitudes o no con los contextos socioeconómicos, la última gran ida a Luján con público semejante que recordaban era de fines de los ’90 y el 2000.

Lo que dejó la histórica movilización a Luján

Foto: Agencia de Notcias NA

En el marco de la movilización, el arzobispo Cuerva también se refirió al escándalo que involucra a José Luis Espert con Fred Machado: «Los argentinos nos merecemos al mucho mejor. Poder desligarnos de esta problemática del ‘narcoestado’, del narcotráfico».

Cuerva citó también al papa Francisco y a León XIII, destacando que la esperanza se funda en el amor y el encuentro. Concluyó con una promesa (“No aflojamos y nos comprometemos a no abandonar los sueños de construir un país más justo y fraterno»), e instó a los creyentes a «seguir unidos, mirando con misericordia a quienes más sufren”.



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