la esperanza de exportar supremas es lo último que se pierde


El titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Carlos Sinesi, se ilusionó en las últimas horas con la posibilidad de que el acuerdo comercial con Estados Unidos permita a la Argentina exportar supremas de pollo al mercado norteamericano, donde hoy nuestro país no puede vender ni un ala.

Durante el primer año de gestión del Presidente Javier Milei, disminuyó la faena nacional de aves en establecimientos con habilitación del SENASA, según datos oficiales del gobierno.

Es cierto, la esperanza es lo último que se pierde, pero la realidad es que el Marco para el Acuerdo Comercial -que ya festejan los libertarios- señala taxativamente que Argentina «se ha comprometido a permitir el acceso al mercado de las aves de corral estadounidenses en el plazo de un año». Más pollo de Estados Unidos en Argentina. Exactamente lo contrario de lo que especulan desde CEPA.

Para el país del norte tiene sentido. La producción estadounidense de pollos exportó, en 2024, el 14% de su producción y van por más.

Ocurre que las principales compañías norteamericanas del sector avícola han venido advirtiendo que las plantas procesadoras de pollos en Argentina y Brasil operan a velocidades superiores a las estadounidenses, «lo que coloca a Estados Unidos en desventaja competitiva en el mercado global», según sostienen.

Por eso han logrado aprobar e implantar normas que les van permitiendo mayor velocidad de evisceración.

Seguramente los productores avícolas argentinos saben que el acuerdo impuesto por Estados Unidos contó con la impronta del Consejo Nacional del Pollo (National Chicken Council), que reúne a las compañías productoras del sector.

A propósito: ¿qué rol cumplieron las empresas argentinas y qué ítems han logrado incluir en los borradores de la «letra chica» para el acuerdo final en el que aún trabaja el gobierno de Milei? Si las autoridades argentinas no lo informan, sería bueno que lo digan los empresarios.

También se sabe que en el otro país, los seis estados productores de pollos de engorde por excelencia (Giorgia, Alabama, Arkansas, Carolina del Norte, Texas y Missisipi), han sido considerados en el diálogo con la Administración Trump para priorizar la actividad en el marco del acuerdo.

En Argentina, la provincia de Entre Ríos concentra el 48,5% del total de establecimientos del país dedicados a la producción avícola; y la provincia de Buenos Aires reúne el 31,3% de ese total.

¿El gobierno nacional consultó sobre el Acuerdo a los gobernadores Rogelio Frigerio y Axel Kicillof?

Si el gobierno nacional no lo informa, seguramente lo informarán las provincias.

Las economías regionales y el federalismo productivo argentino, desacoplados ambos del modelo económico dominante, parecen espectadores del impacto que viene.

Las nuevas asimetrías serán profundas, sencillamente porque evitarlas o corregirlas depende de un puñado de insensibles desbordados de ideología.



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